Escrito trabajadora de Apnabi


Verano 2017

Este verano está a punto de concluir. Es tiempo, por tanto, de retomar la rutina y con ella los asuntos que quedaron aparcados ya hace un tiempo, entre ellos la negociación del convenio colectivo de Apnabi, acuerdo este cuya vigencia concluyó en diciembre de 2015.

En este sentido, quiero ser optimista, no tanto por la disposición y capacidad de la empresa sino por las reiteradas peticiones de más de un político, de subidas salariales.

Así, el propio Diputado Foral de Bizkaia, Unai Rementeria, con motivo de la pasada celebración de la festividad de San Ignacio sostuvo que la recuperación del poder adquisitivo de los salarios apuntalará la recuperación económica e incluso afirmó que “es hora de devolver a los trabajadores su esfuerzo mediante un incremento justo, proporcional, pactado y que no ponga en riesgo la viabilidad de ninguna empresa”, circunstancia esta última que no se da en el caso de Apnabi.

Por eso, y por el incremento interanual de casi el 17% de la recaudación fiscal de la hacienda vizcaína en julio, seis puntos más que en junio y muy por encima de las previsiones trazadas para 2017, espero que este sea el año en el que se pongan las bases para como dijo el diputado un incremento justo, proporcional y pactado de los salarios de los trabajadores y por ende de los de Apnabi.

Pienso que ya está siendo el momento de recuperar parte de los derechos perdidos en la anterior negociación colectiva y de exigir a los máximos representantes de la asociación que trabajen en pro de ella ante las instituciones. No se puede desperdiciar este momento.

También quiero instar a toda la plantilla a que trabaje junta en la consecución de estos objetivos.

Este verano que está a punto de concluir ha demostrado que la unión ha sido clave en la resolución de alguno de los conflictos pendientes, no cabe sino recordar los conflictos de las piscinas municipales de Álava o el del personal de seguridad del aeropuerto del Prat. No seamos menos.

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